El 16 de diciembre de 2.020 la Comisión Europea ha aprobado la Directiva 2020/2184 que revisa la legislación para que el agua potable mejore su calidad, el acceso a la misma y al mismo tiempo ofrecer una mayor información a los ciudadanos.
Esta nueva propuesta pretende fortalecer a los consumidores velando porque los distribuidores de agua ofrezcan información más clara en relación al consumo, el análisis de costes y precio por litro, de manera que sea posible realizar una comparación con el precio del agua embotellada.
Ello contribuirá a los objetivos medioambientales de reducir el uso innecesario de plástico, de limitar la huella de carbono de la UE, así como conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2.030 y los objetivos del Acuerdo de París sobre el cambio climático. Así que se animará a optar por alternativas más sostenibles, como por ejemplo, el agua del grifo.
La mayor parte de las personas que viven en la UE disfrutan de buen acceso a agua potable de gran calidad. Las normas que la Comisión propone actualizar mejorarán la calidad y seguridad del agua, al añadir sustancias nuevas y hasta ahora no incluidas a la lista de criterios para determinar la seguridad del agua. Estas inclusiones tienen en cuenta el conocimiento científico más reciente y las recomendaciones de la Organización mundial de la Salud.
Las sustancias incluidas de mayor importancia son los Cloratos (ClO3) y Cloritos (ClO2), los cuales se limitan a 0,25 mg/l, tres veces menos que la propuesta de la Organización Mundial de la Salud. Ambos son sub-productos del hipoclorito, sustancia usada en la desinfección del agua.
Las nuevas normas requerirán que los Estados miembros mejoren el acceso para todas las personas para disponer de agua potable. En la práctica esto va a suponer instalar material necesario para ofrecer agua potable en los espacios públicos, lanzar campañas para informar a los ciudadanos sobre la calidad del agua y animar a administraciones y edificios públicos a que ofrezcan acceso a agua potable.

Otra modificación importante de la legislación consistirá en ofrecer al público de manera fácil y sencilla (también en línea) información sobre la calidad del agua potable y su suministro en la zona en la que viven, a fin de incrementar su confianza en el agua del grifo.
Además, reducir el consumo de agua embotellada puede ayudar a los hogares europeos a ahorrar más de seiscientos millones de euros al año. Si confían más en el agua del grifo, los ciudadanos también pueden contribuir a reducir los residuos plásticos procedentes del agua embotellada, incluyendo la basura marina. Las botellas de plástico son uno de los artículos de plástico de un solo uso que se encuentran con más frecuencia en las playas europeas.
Paralelamente, la Comisión también acelerará la labor de normalización para que los productos de construcción del sector hídrico del mercado interior de la UE, como los depósitos o las tuberías, no contaminen el agua potable.
Los principales pilares de esta nueva política son:
- Velar por que la calidad del agua potable se controle mediante normas basadas en los resultados científicos más recientes.
- Garantizar un seguimiento, evaluación y aplicación eficaces y eficientes de la calidad del agua potable.
- Ofrecer a los consumidores información adecuada, oportuna y apropiada.